martes, 26 de enero de 2010

UN RESPIRO

Hoy al fin cierro éste traumatizante ciclo de trabajo del 2009, inicio el 2010 con nuevos proyectos.
Hoy al fin puedo escribir un poco.
Hy al fin dormiré tranquilo (espero).

Acerca del quinteto de alientos, me siento un poco triste porque no quedó mi obra, tendrá que esperar unos 200 años; sin embargo, los chavos que quedaron ya tienen una trayectoria sólida, eso me hace no estar mal.

Hace poco falleció otro tío, un tío abuelo, me agradaba, lo más triste fué la trsteza misma de su funeral y el recuerdo de lo fugaz que puede ser una vida entera, el "aguántame tantito, ya voy pa'llá" como presentimiento de un destino más.

Hoy por fin entregué mi proyecto, no creo que quede, aunque está bien hecho, pero no tengo una base sustentable, sepa dónde ande mi carpeta con comprobantes de talleres y eso y las partituras de una obra está en la otra computadora, que entre el técnico y mi carnal, sabe si regresará a casa un día.

La señora de la papelería me hizo el parote de deberle 16 varitos, y al final me tuvieron que prestar para mi combi, no tengo un peso en mi cuenta. Yo recuerdo que no estaba taaaan jodido, creo que me tengo que encerrar un par de semanas y disminuír mi consumo de quesadillas.

Una compañera me llamó "soberbio"... still wondering...

Dos palomas quisieron cagarme, y mira que no es difícil atinarle a mi diámetro, no pudieron, por lo que considero el día como bueno.

Mi ipod (si aprende a cocinar, creo que no necesitaría de mujeres) (viejo chiste de un sapo jajaja) seleccionó dos veces la misma canción, por lo que la convirtió en la canción de la semana.
Pensé que la canción la pude haber hecho yo (el tema del piano se parece mucho a un trabajo que hice hace años), pero como yo mismo diría a alguno de mis escépticos compañeros cuando tratan de arrebatarle algún logro a otro, me dirán "pero no lo hiciste", so beat it.
Abrazos a todos.

jueves, 7 de enero de 2010

Mucho en qué pensar.


De un tiempo para acá (casi todas las vacaciones) han pasado tantas cosas que me hubiera gustado publicar, que se me han olvidado casi todas y lo malo es que tampoco tengo el tiempo necesario para escribir y que salga una entrada decente, espero éste año poder hacerlo más seguido; alguien me recomendó que escribiera sólo como un método para desfogar tensiones, sabe que me sirve (Y espero que me sirva (la odio)).

- ¿Soledad te llamas? Si yo nunca te olvidé... nunca me diste tiempo.

Últimamente he estado medio depre, sólo un poco, me dan ganas de estar en el sillón todo el día, pero no puedo porque hace muchísimo frío en la casa y se me entumen los huesos. Si eres mi amiga y de repente te llego con prehuntas medio raras, no te asustes... sólo quiero tener una idea de cómo me ve el mundo externo, lo mas seguro es que lo supere y no le pregunte nada a nadie.

- What can I hold you with? (Borges)

En fin, el propósito de ésta entrada es contar mi experiencia en la Biblioteca del Planetario.
Tenía años sin ir, desde que era bastante mocoso (en aquél tiempo jamás hubiera aceptado ser un mocoso) pero recordaba un gran cuarto dedicado a José Rubén Romero.
Antes de entrar pensé que una escuela de artes en ese lugar, junto al a biblioteca sería excelente, un lugar idóneo para hacer cultura, pude ver a los chavos en las escaleras del planetario y de l abiblioteca, entrando y saliendo por libros, guitarristas odiosos en todas partes, etc etc etc.
Resulta que el gran cuarto se convirtió en un aula de dimensiones normales con libros de varios michoacanos entre los cuales tienen un montón de porquería y nadie sabe lo que hay. Al principio agarré varios libros medio interesantes que podían ayudarme a decidir la línea general de un proyecto que tengo que entregar la próxima semana...
Resultado: no me ayudó.
Al preguntar por su obra nadie conocía al tipejo ese del tal Rubén Romero ni al tal Romero Flores o Fco. J Múgica... ¿cómo se llama la biblioteca disculpe?, a duras penas supieron decirme de un tal Ocampo... pero bueno.
Ya a mi salida me dió por hurgar la sección general. !Oh sorpresa! Encontré cosas interesantes...
Me llevé muchas cosas para investigar; nombres, poemas etc. Necesito volver ahí con una cámara; hay cosas que si bien encuentras en cualqier lado, a veces la biblioteca es un lugar idóneo apra qe nadie te moleste y con nadie quiero decir NADIE. Sóloe scuchas las voces de los trabajadores que por cierto son demasiados para el lugar y que nadie sabe nada, por eso la secretaría de cultura instaló ahí un módulo de no sé que cosa.
Uy, mientras investigaba y checaba a una mujer que pasó buscando un libro (que por cierto olía como a lo que debe oler el paraíso si es que existe) miré de reojo que tienen libros de música... Por fin tienen libros especializados de música! Nada que añore, pero ya hay algo.
Me reencontré con los poemas de Gorostiza. Sonreí. Siempre me quedaré con la Elegía, dulcemente musicalizada por José Rolón: "A veces me dan ganas de llorar, pero las suple el mar".

Tengo ganas desde hace tiempo de hacer algo así como un "homenaje" a Jose Emilio Pacheco, de quien he sido tan influenciado los últimos años, había decidido un poema del libro "Te irás y no volverás" (que me regalé en navidad porque me quiero mucho) para una obra electroacústica.
Lo más seguro es que olvide del tal José Ruben Romero e incluya a JEP en el proyecto que debería ya tener casi listo y apenas voy empezando.

Lo mejor con lo que me quedé de la gran aventura de no haber encontrado nada de lo que buscaba fué la pregunta acerca de mi honestidad e intimidad con mi obra futura. Para ser francos, pensé en José Rubén Romero como parte de "Oh si... un michoacano ilustre... no sólo mexicano, sino michoacano" (que es lo que dirían los que califican los proyectos). Pero si no encuentro mañana algo con lo que me identifique en verdad de él haré algo con base en JEP que irá más con lo que soy yo por el momento.

- Amiga que te vas, quizá no te vea más (López Velarde).