miércoles, 26 de junio de 2013

LOS PRIMEROS DÍAS

Siempre que uno abandona su ciudad, al menos por algún tiempo, existe un shock cultural, ya sea grande o pequeño, el tamaño depende de la distancia y de otras circunstancias. En mi caso las cosas no son muy graves, siempre he sido una persona adaptable. Salí de Morelia cargado de ilusiones, destino Oaxaca, pretexto un diplomado, en un lugar que en las fotos de su página se veía lindo. Varios de los mejores maestros de la generación anterior a la mía participarán trabajando una semana con nosotros, sin duda una experiencia que pinta para ser inolvidable. Nota: mi cuenta de banco nunca ha sido muy grande, y justo la semana pasada compré una computadora nueva. El plan: sobrevivir hasta noviembre con menos de 6,000 pesos. La fortuna: Mi condición de pequeño burgués me hace las cosas más o menos fáciles, una llamada y lidiaré con la deuda después, aunque no quisiera caer en la tentación.

Lo primero que pensé fue llegar el domingo, un día antes del inicio del curso, para buscar acomodo, ver las instalaciones del CASA, lugar donde será el diplomado y tantear distancias. Así lo hice, en cuanto al acomodo recibí una buena noticia, una de mis huéspedes de CouchSurfing me prestó su casa, aun cuando ella no se encuentra aquí “quédate el tiempo que necesites, está un poco lejos, espero te acostumbres a los tiempos/distancias” OK, tenía que comunicarme con su hermana para las llaves, son las 8 am, domingo, creo que debo esperar por lo menos a las 12 para enviarle mensaje, 12 pesos la hora por guardar equipaje, creo que puedo perder un par de horas tomándome un café y viendo qué desayuno, Oaxaca es una ciudad chica, debo estar cerca del centro, aunque me parece que nunca he pisado esta central…
No estaba cerca del centro, dejé mi equipaje y cerca de las 10 ya estaba por el centro, mis ilusiones eran que el CASA estuviera cerca de Santo Domingo, ese andador turístico se me hace encantador, ya me veía yo recorriéndolo todos los días y dándome el tiempo de entrar a cada establecimiento cercano. La sorpresa fue grande al preguntar en el centro de información por el CASA, en “San Agustín Etla”, la señora sacó el mapa grande, no el que tiene los lugares del centro, sino el que tiene los alrededores, ahí la ciudad es como de tres centímetros y Etla estaba un par de centímetros al norte, “Fuck me, right?” OK, que sale un colectivo de la central de abastos y blablablá, quizá está equivocada, preguntaré a un par de personas más, mientras, recorreré la ciudad, tengo que esperar hasta las 3 para que me den las llaves de la casa que habitaré. Los lugares me parecen curiosamente desconocidos, hace apenas tres años que estuve aquí, pero no logro recordar dónde fue que nos hospedamos ni cuántos días estuvimos aquí, ¿Cantamos en algún restaurant? ¿Fue la noche en la que nos quedamos en la camioneta? Recuerdo la catedral, algunos cafés, pero todo me parece extraño, confuso, recordaba este lugar más chico, no sé, algo hay diferente, voy hacia Santo Domingo, al museo al que le debo la visita, el más grande de la ciudad, el que por falta de tiempo no visité en aquella ocasión, tiempo me sobra, y si las cosas son como en el DF, los domingos debe de ser gratis. Incluso Sto Domingo se me hace diferente, debe ser porque lo visité un fin de semana durante la noche, es normal que el domingo en la mañana esté muerto y me parezca extraño. Nada fuera de lo normal en el museo, se ve que le han metido mucha lana para restaurar el exconvento y para conservar las exhibiciones, lo más interesante para mi fue un cráneo cubierto con piezas de jade, empiezo a sentir cansancio, he caminado ya bastante y sí, el museo es muy grande, en el primer salón hay un piano de cola completa, buen lugar para un concierto y hasta para una sesión de fotos, los conciertos son normalmente los domingos antes de mediodía, “Fuck me twice”. De vuelta al Zócalo, que ahora tenía más vida, la banda del estado estaba tocando, cosa normal en estos rumbos, por acá está lleno de bandas. Siempre me ha parecido “lindo” todo lo que conlleva la situación de este tipo de agrupaciones, todos los arreglos que hacen de la música para orquesta y de música popular me parecen muy “típicas” y hasta encantador cómo todo se ve envuelto en una cierta mística por los grupos de instrumentos que no alcanzan a afinar muchas de las notas, que no atinan a los ritmos, que trabajan con dos dinámicas: quedito y fuerte y ya, no sé, en cierta manera esa bruma que los envuelve se me hace algo que no se obtiene tan fácil, un sonido único y exclusivo de la región. Con todo y eso pensé “Qué bueno que no serán ellos los que interpreten nuestras piezas” (Más adelante supe que efectivamente esa era la banda que las interpretará, fuck me again).

De regreso a la central por mis cosas, por los 4 minutos que me pasé me cobraron una hora entera más, algo así como 72 pesos, mi primer gran error, por 40 pesos más me conseguía un hostal, ni modo.
El lugar de mi acomodo es algo así como a 20 minutos al sur de la ciudad (en realidad son casi 40), poco después de San Bartolo, lugar famoso por su artesanía con el barro negro, el lugar del diplomado como a otros 20 minutos al norte (en realidad casi otros 40), salgo con tiempo mañana, la amabilidad de la hermana de mi amiga y de su esposo es admirable, me dieron todos los consejos que necesitaba, me explicaron dónde tomar los colectivos y me llevaron hasta la casa (Los colectivos son taxis, pero no particulares, suben a tres personas atrás y a dos adelante, sí, a dos mas el chofer, ignorando todas las reglas de tránsito del mundo, son pues como combis, pero en carro, cada uno lleva su ruta y la central de abastos es un hormiguero poco higiénico de gente amontonándose por entrar y salir a los carros y camiones que necesitan). Salí con poco menos de dos horas de sobra, tomar el camión a la central (que no me dejó en la central, sino como a 8 cuadras), preguntar por la salida del colectivo, “después del puente amarillo, ahí a al izquierda”, tomar de ahí el colectivo a San Agustín Etla, media hora después no había ninguno que dijera que iba para allá, volver a preguntar, “No señor, esos salen acá a la siguiente cuadra, mire, cruza usted y son los otros que salen pa’llá”. Fuck me. Al menos luego luego vi uno con letras grandotas “ETLA”, lleno, otro, lleno, aquel va a salir, por alguna extraña razón ya falta sólo como 35 minutos para que empiece mi clase, me subo adelante “te pago los dos lugares, pero vámonos ya” (frase que se me hizo común esa semana cada que me iba adelante en un “cole”). El taxista iba durmiéndose, maldita sea, nada me sale bien, ok a sacarle plática. Durante la plática comprendí que tomé el colectivo equivocado, que yo tenía que haber agarrado uno para “San Agustín Etla”, que este me llevaba a “Etla, a la mera villa” Fuck, que el señor vive a un par de cuadras del CASA y que a veces se convierte en taxista particular de los maestros que van a los cursos, que me dejará entrando al pueblo, donde puedo agarrar otro cole que me suba al cerro, que si le digo que me deje en el mero CASA, ahí me dejará, que está bonito el lugar, que hubo disputas el año pasado por el bosque, que ya son las 4. El siguiente cole sólo hace una cosa: subir. Sube por un camino lleno de curvas, sube, sube, sube. Ni modo, tendré que llegar al primer módulo con las maletas, espero que el lugar donde nos van a hospedar quede cerca, algo así como a 200 metros (ja!)
-Oiga, me deja ahí en el CASA, ¿Verdad?
- Sí, ahí como a una cuadra.
- OK, ¿No me puede dejar ahí mero? Es que traigo la maletota…
- Uy no, es que luego no me puedo dar la vuelta.
- (Jódete).
- Es ahí, por donde está esa camioneta.
Ni pedo, a correr, 4.15, que es en el salón 1, pasando las escaleras, ahí después de “los espejos”. Y uno de pendejo esperando ver unos espejos literales, detente David, el señor del taxi mencionó unos “espejos de agua”, deben ser estos cuadrados llenos de agua en el suelo, ok, camina, mira, ahí está la maestra, pide una disculpa, haz un gesto que pregunte si puedes pasar, trata de no hacer mucho ruido, deja todo tu equipaje, siéntate y por lo que más quieras deja de sudar.

Shock, pánico, ¿Qué demonios hago aquí? ¿Qué pedo con ese wey que estaba opinando? ¿Por qué aquel otro habla tan extraño? ¿Así tiene la vista este otro o me la está haciendo de tos? Estoy seguro que aquel otro estaba hablando español, ¿Por qué carajos no entendí una palabra? Y ¿Por qué este señor no deja de hablar de su vida y de contarnos que es músico lírico y que hace sus canciones y que un gran bla bla bla? Abre tu guía del autoestopista intergaláctico y “Don´t Panic”. Receso. Necesito un café, voy a la entrada, no hay nada abierto, ni pedo, será mañana. Resulta que el lugar es muy bonito, la verdad me puedo acostumbrar al sitio, el pueblo, sin embargo, es otra cosa, dentro de sus generalidades están, entre otras, que como en todo pueblo, todo cierra temprano, no hay tiendas grandes ni “ventanitas”, dentro de sus particulares está que es una montaña, hace calor por el día y por la tarde está nublado y llueve, tenemos que tomar colectivo del CASA al lugar del hospedaje, todo está inclinado, lleno de escarabajos y alabado sea el señor, hay internet en donde nos hospedan, de ahí al lugar donde hay cena más cercano son como 15 minutos de subida, y sólo de viernes a lunes, apunte mental: traer despensa la próxima semana.

El diplomado está lleno de personalidades, algunos se conocen entre ellos, yo, como persona adaptable he platicado ya con la mayoría. Para mediados de semana comienzo a notar cómo se forman los pequeños grupos, sobra decir que hay varios que me caen bien, otros que no soporto y de ambos lados algunos con los que nos esperan acaloradas discusiones estéticas y estilísticas.

En San Agustín uno se levanta más o menos temprano, la luz es ya insoportable como a eso de las 9, he decidido irme a trabajar hasta que empiecen las clases todos los días, la biblioteca me sorprende, quién hubiera imaginado, creo que es más grande y más variada (al menos en lo que concierte a artes plásticas) que la de mi escuela, tómala barbón. Después de las clases el tiempo pasa muy lentamente, hemos tomado la mesita del jardín como lugar comunal, nos reunimos a platicar por la noche con los que venimos de fuera, al menos con la mayoría, siempre que juro que ya son como las 2 am y aún tengo cosas que hacer resulta que apenas son como las 11, parece que en esta especie de distinto planeta local el tiempo se expande después de las 9, hay una bruma temporal que me causa cierta fascinación.

En cuanto al diplomado, la primera semana me dejó un poco intranquilo, pensaba que era el único en notarlo y que, como persona mamona que soy, estaba siendo demasiado crítico al respecto, pero bueno, uno no necesita ser un genio para darse cuenta de que un maestro no preparó su clase, que está dejando que transcurra el tiempo y que no está aportando gran cosa a tu conocimiento. El viernes, su conferencia fue la gota que derramó el vaso, me salí a la mitad por un café y a mirar a la gente pasar, poco después salió otro compañero y no pudimos evitar hacer comentarios, un par de horas más tarde me di cuenta de que el sentir era generalizado, la maestra nos quedó a deber.

Pero todo tiene sus lados buenos, en este caso, el primero fue saber que, si bien podré renegar lo que quiera de la Universidad, saber mucha de la mierda política en la que está envuelta, tener grandes charcos en mi formación y, con todo y todo, darme cuenta de que no estoy tan mal, de que no desperdicié mi tiempo y de que nada hubiera sido mucho mejor estudiando en otro lado, tengo las herramientas y el talento necesarias para mi oficio y la experiencia suficiente para seguir adelante, es una fortuna haber sabido aprovechar de mis maestros a los que valían la pena. A mi maestro de composición lo tienen en un muy buen concepto, la gente, sin conocerme y sin conocer mi obra, me tiene ya cierto respeto por el sólo hecho de haber estudiado con él, así como existe la pena ajena, también existe algo como “el orgullo ajeno”, en esta profesión siempre carga uno heráldicamente con la herencia de sus maestros, aprenderé a cuidar y respetar la mía. Otro de los pro’s fueron las 3 miniaturas que hice para la clase, con un poco de trabajo sí las ando grabando y quién sabe, quizá lleguen a formar parte de una “colección de miniaturas hechas en Oaxaca” o algo así.

Antes de terminar la semana, obviamente tuve que llenar de humo la cabeza con la magia del mezcal, nada agradable la caminata de media hora al día siguiente, que no pasaba ni un pinche colectivo con lugar, fui salvado por mis compañeros chilangos que traen carro y llevado a un lugar desde donde pude moverme, maldito mezcal, lo peor es que ni modo de irme sin probar la variedad que el lugar tiene que ofrecer.

De la segunda semana hay poco qué decir, la casa de mi amiga no tiene internet, he podido trabajar en unas piezas que debo grabar y registrar para meterlas a concursar a otra beca, por las tardes me voy al centro a comprar cosas, conocer, a tomarme un par de cafés y conectarme, ver qué nuevas hay y qué pendientes tengo, si en Morelia sentía que no me alcanzaba el tiempo, acá, con los tiempos/distancias, menos. Por lo menos ahora todo lo que queda de junio-julio no hay tanto tiempo muerto entre módulos, para cuando regrese en Agosto rentaré algún lugar más céntrico y con internet, y espero programar algunos conciertos.

Hasta aquí el reporte.
Miren, fotos:












3 comentarios:

  1. creo que te leeré en pedacitos.. :( va bien compa!

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    1. Ese soy yo! Mariano de Morelia! kjejee

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    2. Trato se seguirte! tuve la oportunidad de vivir un mes en Oaxaca en la costa y un par de días en la Capirucha! trato de reconstruir con tu escrito tus pasajes por ahí jejeje Suerte!

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